El propósito detrás del Proceso Salino es equipar a los trabajadores de la salud para que sean testigos de Cristo en sus entornos clínicos. La enseñanza basada en la Biblia es relevante para diferentes culturas y entornos de atención médica y se ha enseñado en todos los continentes habitados. Los participantes aprenden ocho herramientas que se pueden poner en práctica con sus pacientes y colegas. Después de completar el Proceso Salino, los participantes deben ser capaces de evaluar la actitud de un paciente hacia Cristo y saber cómo responder apropiadamente, aplicando los principios éticos de permiso, sensibilidad y respeto.
En última instancia, la capacitación del Proceso salino prepara a los trabajadores de la salud para ser parte de la obra del Señor en nuestro mundo para que nuestro Padre Celestial sea glorificado.
(Hechos 1:8; Mateo 5:13-16; Mateo 28:19-20; Juan 4:39-41)